19 abr 2009

Energía eólica | CONSUMER EROSKI

Energía eólica | CONSUMER EROSKI

La energía del viento no produce emisiones contaminantes en el medio ambiente ni agrava el efecto invernadero, además de ser una fuente inagotable, por lo que se trata de una valiosa alternativa frente a los combustibles no renovables como el petróleo. Aunque hicieron falta muchos años de investigación y experimentación, en la actualidad es un sistema de obtención de energía asentado, hasta el punto de que se calcula que hasta un 10% de la electricidad mundial se podría obtener de generadores de energía eólica a mediados del siglo XXI.

El uso de las turbinas de viento para generar electricidad comenzó en Dinamarca a finales del siglo XIX. Las máquinas modernas funcionan cuando el viento alcanza unos 19 kilómetros por hora, logran su máximo rendimiento con vientos de entre 40 y 48 kilómetros por hora y dejan de funcionar cuando los vientos alcanzan los 100 kilómetros por hora. Los sistemas más desarrollados y rentables se denominan parques eólicos, puesto que consisten en agrupaciones de varios molinos que envían energía eléctrica a la red. El estado norteamericano de California posee algunos de los parques eólicos más grandes del mundo, con unas turbinas capaces de generar una potencia similar a una central nuclear.

La colocación de aerogeneradores debe cumplir una estricta normativa para procurar el menor impacto medioambiental posible.

La colocación de aerogeneradores debe cumplir una estricta normativa para procurar el menor impacto medioambiental posible

Además, el control sistemático de su funcionamiento, por medio de informes periódicos, y su posterior desmantelamiento - poseen una vida útil de unos 30 años - asegura que se dan las condiciones necesarias para respetar el entorno. Asimismo, el diseño de los modernos aerogeneradores está permitiendo reducir su tamaño, y en cuanto a otro de los problemas que más preocupa a los ecologistas, sus efectos negativos en las aves, parece que éstas acaban acostumbrándose a su presencia y los esquivan como cualquier otro escollo que encuentran a su paso.

La energía eólica en España es una de las principales fuentes renovables y su utilización es cada vez mayor, hasta el punto de que se estima que dentro de diez años representará un 15% de la energía que se consume en nuestro país. De hecho, según la Asociación Empresarial Eólica (AEE), la generación de electricidad mediante energía eólica ha llegado a atender en algunos momentos del año hasta el 22% de la demanda eléctrica. En este sentido, la AEE afirma que España fue el país que protagonizó el mayor crecimiento mundial en energía eólica a lo largo del año pasado, situándose en el segundo puesto del mundo, por detrás de Alemania. Con datos de 2004, Galicia lideraba el sector con 1.887,9 MW instalados; seguida por Castilla-La Mancha, 1.473,6 MW; Castilla y León, 1.461 MW; Aragón, 1.168,6 MW, y Navarra, 829,4 MW. En el otro extremo se sitúan Cantabria, Extremadura y Madrid, que carecen de instalaciones de energía eólica. A pesar de estas buenas expectativas, la Agencia Europea de la Energía Eólica (EWEA, por sus siglas en inglés) señala que el flujo intermitente de generación a la red es una dificultad que frena su desarrollo, aunque se muestra optimista en que pueda solucionarse gracias al respaldo político nacional y regional.

Energía eólica marina

El viento que sopla en los mares también puede utilizarse para la obtención de energía. De hecho, los expertos le auguran un futuro prometedor, puesto que en el mar la fuerza del viento es más estable y permite la colocación de aerogeneradores más pequeños con una vida útil mayor. Según un informe de la organización ecologista Greenpeace, la energía eólica marina podría proporcionar electricidad a todos los hogares europeos en 2020, una vez de que se instalaran 50.000 turbinas eólicas en los mares europeos, que permitirían además la creación de tres millones de empleos en toda Europa, el fortalecimiento del tejido industrial en zonas deprimidas y, sobre todo, la obtención de electricidad más barata y limpia que el carbón y la energía nuclear.

Asimismo, aunque el coste de instalación de los aerogeneradores en el mar es superior al de las zonas terrestres, el desarrollo de su tecnología está propiciando un ahorro de costes que lo hacen cada vez más competitivo. Dinamarca es el país que inició la energía eólica marina y en sus mares se encuentran en la actualidad los mayores parques de aerogeneradores, lo que permite cubrir el 50% del consumo eléctrico familiar danés. En España no existe ningún parque eólico marino, aunque hay varios enclaves que podrían ser utilizados, como el Estrecho de Gibraltar, el cabo de Creus, el delta del Ebro o zonas de la costa gallega, pero, en general, la costa española no es muy adecuada por la gran profundidad de sus mares.


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