Si eres de los que creen que la religión es un conjunto de creencias, entonces es momento de pararte a pensar cómo y por qué se creó la religión, especialmente sabiendo la inmensa cantidad de religiones que hay que no comparten las mismas creencias.
Una idea es que la religión surgió relacionada con la evolución, que la religión ofrecía una ventaja a la supervivencia, aunque lo más lógico sería que usamos la religión para explicar cosas que, si no fuera por esas creencias, no tendrían explicación (al menos conocida). Ahora conocemos muchas cosas, pero antes no se sabía el por qué de las estrellas del cielo, las tormentas, las enfermedades y la muerte.
“La gente religiosa habla de cosas que no pueden ser vistas, historias que no pueden ser verificadas y fuerzas y seres más allá de lo ordinario. Tal vez realmente esos dioses estén trabajando, o tal vez está en la naturaleza humana el tener un impulso hacia la religión. Si es así, tendría que haber sobrevivido a la selección natural”, dijo James Dow de la Universidad de Oakland.
Gracias a simulaciones con ordenador para tratar de responder a cómo un sistema consigue tener éxito siendo “falso” o, al menos, no verificable, Dow ha dictaminado que la religión existe porque beneficia al individuo. Revela un proceso de selección que puede incrementar capacidades genéticamente heredadas para comunicar información no verificable.
A medida que la ciencia va avanzando, la religión va pasando a un segundo plano, hasta el punto de que cada vez la gente es menos creyente, o más creyente pura, es decir, creer en algo, o alguien que creó todo, pero que no vela por cada uno de nuestros actos.
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