8 abr 2010

Los terremotos no afectan el ritmo natural de la Tierra

Los humanos aparentemente padecen de la desagradable necesidad de dramatizar las cosas para que les resulten interesantes.

Dos partículas chocan en Suiza a la velocidad de la luz, ¡la máquina de dios! ¡recrean el Big Bang! Los agujeros negros nos llevan a todos.

El asteroide Apophis roza la órbita terrestre. Sálvese quien pueda, el planeta está condenado, sólo quedan 20 años de la vida “tal como la conocemos”. Llamemos asesino a ese insolente pedazo de roca que será nuestra perdición. ¡Malo, mal asteroide! Cómo nos haces esto.

El eje de balance de la Tierra se mueve unos milímetros tras el terremoto en Chile, ¡horror! ¡desbalanceo! ¡es el fin del mundo! Nos vamos a estrellar contra la Luna y caer en picada sobre Venus.

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(Lamentablemente) tengo que aclarar que lo precedente fue un exabrupto de ironía. Pero así lo presentan los medios de comunicación masivos, porque así le gusta a la masa leerlo. Le gusta el drama, la exageración, que tenga algo que ver con su corta vida de pasada en el planeta que llamamos Tierra.

Pero los tiempos humanos en nada se corresponden a los cósmicos. Se estima que la Tierra tiene 4.540 millones de años. ¿Qué clase de mente ególatra puede siquiera imaginar que los insignificantes procesos que ocurren durante nuestra fugaz existencia, o aún la de nuestra especie por entero, tienen alguna relación con la perduración del planeta?

Sí: Existen fenómenos provocados por el humano que transformarán inexorablemente al planeta. Es cierto, un asteroide podría impactar sobre la Tierra, modificando su vida y sus masa geológica y biológica. Los terremotos colosales sí modifican el balance de la masa terrestre.

Pero, ¿por qué la necesidad amarillista de exagerar estas sutilezas que los investigadores con tanto trabajo y pasión descubren? ¿Por qué los medios tienen que tergiversar los fenómenos naturales para que interesen a más gente?

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El terremoto del domingo de magnitud 7.2 que sacudió México y el sur de California apenas es notable si tenemos en cuenta las fuerzas mayores que dieron forma al planeta. En un sentido geológico (el que importa a la Tierra), hay fenómenos mucho más influyentes en acción.

Incluso el colosal terremoto de magnitud 8.8 que afectó a Chile en febrero, y que podría haber variado la duración de los días por unas fracciones de tiempo, difícilmente tuvo un impacto relevante para la Tierra en el largo plazo.

“Estos terremotos son raros, eventos catastróficos”, explica Richard Gross, geofísico de la NASA. “Lo que normalmente afecta el eje de balance de la Tierra es el movimiento de la masa superficial de los océanos y la atmósfera”. Y esto se da con regularidad todos los años con el nombre de Bamboleo de Chandler.

Ahora bien, es importante diferenciar entre dos ejes terrestres en todo este asunto:

1) Eje de balance de la masa terrestre, o Eje de figura: Este eje no define cómo está inclinada la Tierra, sino cómo está equilibrada. La Tierra no es una esfera perfecta. Los continentes y los océanos están distribuidos de manera desigual alrededor del planeta. Hay más tierra en el Norte, y más agua en el Sur, un gran océano en el Oeste y así sucesivamente. Como resultado de estas asimetrías, la Tierra se tambalea lentamente conforme gira. El eje de figura es el eje de equilibrio de masa.

2) Eje de rotación de la Tierra: es la línea imaginaria que atraviesa al planeta a través de su centro de giro. Los extremos de este eje rotativo son el Polo Norte y el Polo Sur.

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El eje que podría haberse desplazado unos milímetros tras los terremotos de Sumatra y Chile es el primero, la línea por la cual la Tierra balancea su masa, como aclarábamos en febrero.

Pero que este eje de figura se desplace, no es novedad. Por si sólo, se mueve cerca de 10 centímetros por año como resultado del "rebote de la Era Glacial". Después del último gran período glacial, el cual tuvo lugar hace aproximadamente 11.000 años, muchas capas pesadas de hielo desaparecieron. Esto descargó la corteza y el manto de la Tierra, permitiendo al planeta relajarse o "rebotar" hacia una forma más esférica. El proceso de rebote está aún en camino así que, en consecuencia, el eje de figura se mueve de manera natural.

El 27 de febrero de 2010, el terremoto de Chile podría haber movido, en cuestión de minutos, el eje de figura tanto como se movería normalmente en un año entero. No estaba en los cálculos, pero no por eso es un fenómeno catastrófico para el planeta Tierra, acostumbrada a todo: cambios regulares, climáticos, terremotos, glaciaciones, volcanes y asteroides.

Fuentes:

Imagen 1: Earth 2049, by taenaron

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