El devastador terremoto de magnitud 8.8 que sacudió el territorio chileno el pasado 27 de febrero podría haber acortado la duración del día terrestre.
Richard Gross, científico del JPL (Jet Propulsion Laboratory, centro de investigación y desarrollo de la NASA en Pasadena, California), computó cómo la rotación de la Tierra podría haber cambiado tras el terremoto del 27 de febrero en Chile. Utilizando modelos complejos, él y su equipo desarrollaron un cálculo preliminar que sugiere que el día terrestre podría haberse reducido en 1.26 microsegundos.
Tal vez más sorprendente sea cuánto se movió el eje que balancea la masa de la Tierra: unos 8 centímetros.
En comparación, utilizando los mismos modelos, Gross estima que el terremoto de magnitud 9.1 desatado en Sumatra en 2004, acortó la duración del día en 6.8 microsegundos, y varió el eje de la Tierra unos 7 centímetros.
Gross explica que esta diferencia (el terremoto de Sumatra, siendo más potente, no provocó un cambio mayor en el eje terrestre que el chileno) se debe a dos razones.
Primero, el terremoto de Chile estuvo localizado en latitudes medias, a diferencia del de Sumatra, cercano al Ecuador, lo cual provoca mayor inestabilidad en el movimiento terrestre.
En segundo lugar, la falla responsable del terremoto chileno yace en la profundidad en un ángulo ligeramente más empinado que el de la falla que provocó el terremoto de Sumatra en 2004. Esto hace que la falla chilena sea más efectiva a la hora de mover la masa de la Tierra verticalmente y, por lo tanto, el eje de balance de la Tierra.
Estos datos, aislados, podrían parecer insignificantes en nuestra vida cotidiana. Sin embargo, a lo largo de la historia terrestre, es la suma de estas modificaciones (pequeñas, pero muchas veces provocadas por fenómenos violentos) la que dan forma a la Tierra, su movimiento, y en definitiva, su asombrosa versatilidad.
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