Relativamente cerca de nosotros, a 13 millones de años luz (a la vuelta de la esquina), en la Constelación Centauro, yace una galaxia llamada NGC 4945 que no tendría mayor importancia para nosotros si no fuera porque su forma es muy parecida a la de nuestro propio hogar: la Vía Láctea.
Las imágenes se han obtenido del observatorio de La Silla, en Chile, y en ellas podemos ver la galaxia NGC 4945, encarada hacia nosotros, y su forma curiosamente familiar para nosotros. Es una galaxia en espiral, con brazos luminosos, rodeando, torsionadamente, su centro.
Desde nuestra perspectiva se podría pensar que tiene la forma de un cigarrillo, pero las nuevas observaciones desechan esta creencia para darnos su forma real. Eso sí, ahí se acaban las similitudes con nuestra galaxia ya que, pese a que, como casi todas las que tienen esta forma, tiene un agujero negro en su centro, este emite mucha más energía al espacio que el nuestro. En esa región central, los filtros especiales del telescopio desde el que se obtuvieron las imágenes nos indican que se expulsa hidrógeno y se forman muchas nuevas estrellas.
Podríamos decir que es una galaxia revoltosa, no como la nuestra, de las denominadas calmadas.
Los agujeros negros atrapan hacia ellos el gas y el polvo, hasta que emite radiación de alta energía, incluyendo rayos X y ultravioleta. En las galaxias como la Vía Láctea, que también tienen un agujero negro en su centro, no se dedican a engullir (al menos activamente) lo que tienen alrededor.
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