Agosto 6, 2009: Kepler, el nuevo telescopio espacial "cazador de exoplanetas", de la NASA, ha detectado la atmósfera de un conocido y gigante planeta gaseoso, demostrando de este modo las extraordinarias capacidades científicas que posee el telescopio. El descubrimiento será publicado el viernes en la revista científica Science.
"Tratándose de la primera misión de la NASA relacionada con exoplanetas, Kepler ha realizado una impresionante entrada en la escena de la caza de exoplanetas", comenta Jon Morse, director de la División de Astrofísica del Directorio de Misiones Científicas, en las oficinas centrales de la NASA, ubicadas en Washington. "La detección de la atmósfera de este planeta en tan sólo los primeros 10 días de recolección de datos es apenas una muestra de lo que viene. ¡La caza de planetas ha comenzado!"
Derecha: Representación artística de un exoplaneta que orbita cerca de su sol. Crédito de la imagen: NASA.
La misión Kepler, lanzada el 6 de marzo de 2009, desde la estación de la Fuerza Aérea Cabo Cañaveral, en Florida, pasará los próximos tres años y medio buscando planetas tan pequeños como la Tierra, incluyendo a aquellos que se encuentran girando en órbita alrededor de estrellas dentro de una tibia zona denominada "Ricitos de Oro" ("Goldilocks Zone", en idioma inglés) en donde podría haber agua. Buscará disminuciones periódicas en el brillo de las estrellas, las cuales tienen lugar cuando los planetas que las orbitan están en tránsito, o cruzan frente a las estrellas.
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"Cuando las curvas de luz de decenas de miles de estrellas se mostraron al equipo científico de la misión Kepler, todos quedaron sorprendidos; nadie antes había visto mediciones tan exquisitamente detalladas de las variaciones de luz de tantos tipos distintos de estrellas", dijo William Borucki, el principal científico investigador y autor principal del artículo.
Las observaciones recolectadas provienen de un planeta denominado HAT-P-7, el cual, se sabe, transita una estrella ubicada a aproximadamente 1.000 años luz de la Tierra. El planeta completa la órbita de la estrella en sólo 2,2 días y se encuentra 26 veces más cerca del Sol que la Tierra. Su órbita, combinada con una masa algo más grande que la de Júpiter, permite clasificar a este planeta como un "Júpiter caliente". El planeta se encuentra tan cercano a su estrella, que es tan caliente como el dispositivo radiante rojo de un horno de cocina.
El planeta HAT-P-7 ya se conocía antes de que el telescopio Kepler dirigiera su atención hacia él. Sin embargo, las mediciones efectuadas por Kepler son tan precisas, que de hecho muestran algo nuevo: una pequeña elevación y disminución de la luz causada por las fases cambiantes del planeta, las cuales son similares a las fases de nuestra propia Luna. Kepler también pudo ver cómo la luz del planeta desaparecía por completo cuando pasaba por detrás de su estrella. Este acto de desaparición es conocido como "ocultación".
Arriba: Una comparación de las curvas de luz obtenidas desde la Tierra y las obtenidas desde el espacio para el caliente exoplaneta HAT P7b. Crédito de la imagen: NASA. [Imagen ampliada]
Los nuevos datos proporcionados por Kepler pueden ser utilizados para estudiar a este caliente Júpiter con un nivel de detalle que no registra precedentes. El tiempo de la ocultación, así como la forma y amplitud de la curva de luz, muestran que el planeta posee una atmósfera en su fase diurna con una temperatura de aproximadamente 2.377 grados centígrados (alrededor de 4.310 grados Fahrenheit). Poca cantidad de este calor se transfiere al lado nocturno y fresco del planeta. La comparación entre el tiempo de ocultación y el total de tránsito indica que el planeta posee una órbita circular. El descubrimiento de la luz que proviene de este planeta confirma las predicciones de investigadores y de modelos teóricos de que las emisiones serían detectables por el telescopio Kepler.
Las variaciones observadas en la intensidad de la luz son de tan sólo una y media vez lo que se esperaría para un tránsito causado por un planeta del tamaño de la Tierra. A pesar de que se trata de la medición de mayor precisión jamás obtenida para esta estrella, Kepler será aún más preciso después de que finalice el desarrollo del software para el análisis de datos de la misión.
"Este resultado preliminar muestra que el sistema de detección del telescopio Kepler está trabajando precisamente como se esperaba", dijo David Koch, investigador principal adjunto del Centro de Investigaciones AMES, de la NASA, ubicado en Moffett Field, California. "Es un buen augurio para las perspectivas de la misión Kepler el hecho de que ya sea capaz de detectar planetas del tamaño de la Tierra".
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