Observando paciente y minuciosamente los movimientos de 28 estrellas que orbitan el centro de la Vía Láctea, los astrónomos han sido capaces de estudiar el agujero negro que las acecha. Se conoce con el nombre de "Estrella Sagitario A". El estudio ha durado 16 años.
"El centro de nuestra galaxia es un laboratorio donde podemos estudiar los procesos fundamentales de una fuerte gravedad, dinámica estelar y la formación de estrellas que tiene gran relevancia fuera de ese centro, con un nivel de precisión que nunca sería posible fuera de la Vía Láctea", explica Reinhard Genzel, líder del equipo de estudio de la Física Extraterrestre de Garching (cerca de Múnich).
El polvo intelestelar que llena la Galaxia podemos verlo a simple vista en su región central, por eso los astrónomos han usado infrarrojos que pueden penetrar ese polvo. A pesar de ser un desafío tecnológico, el esfuerzo mereció la pena: "El centro de la Galaxia alberga el agujero negro supermásico más cercano conocido. Es el mejor modo para estudiar los agujeros negros en detalle".
Se ha estudiado el movimiento de las estrellas alrededor de este agujero negro para tratar de responder a preguntas sobre el mismo, como su masa y su distancia.
"Sin duda, lo mejor de este largo estudio ha sido encontrar la prueba inequívoca de que los agujeros negros existen realmente. Las órbitas estelares en el centro de la Galaxia muestran que la masa concentrada en ella, de unas cuatro millones de veces la del Sol, debe ser un agujero negro, más alla de toda duda razonable".
Nuestro planeta se encuentra a 27000 años luz del centro de la galaxia y, por lo tanto, del agujero negro. Por primera vez, el número de órbitas conocidas ha sido suficiente para tratar de encontrar paralelismos y propiedades comunes. "Las estrellas en las regiones más interiores tienen órbitas aleatorias, como un enjambre de abejas. Sin embargo, seis de las 28 estrellas estudiadas, las más alejadas, realizan una órbita en forma de disco". Una de ellas, llamada S2, completó una vuelta en estos 16 años. El misterio ahora radica en saber cómo llegaron hasta allí esas estrellas, porque algunas son demasiado jóvenes para haber emigrado desde muy lejos.
Fuente | ScienceDaily
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