En Burgess Shale (pizarra), Canadá, se puede ver con detalle fósiles de hace 500 millones de años, de la época de la Explosión cámbrica, cuando la vida animal se abrió paso en el mundo.
Pero estos fósiles son un misterio total, ya que fueron descubiertos hace unos cien años, y la paradoja es que en su origen estaban enterrados bien abajo de la corteza terrestre con una temperatura de 300º C, hasta que la tectónica los forzó a salir y formar las montañas Rocosas.
Generalmente un tratamiento tal arruina todo tipo de fósiles, pero en este caso hasya se han preservado fósiles de tejidos blandos.
Un nuevo artículo sobre estos fósiles ha sido publicado en Geology, por Alex Page y sus colegas Phil Wilby, Sarah Gabbott y Jan Zalasiewicz, de las universidades de Cambridge y Leicester. Al parecer han resuelto el misterio.
Han demostrado que el delicado material orgánico de estos fósiles fue calentado bien adentro de la Tierra, y se volvió un sitio para la formación de minerales. Los nuevos minerales, forjados a esas tremendas profundidades, eligieron detalles intrincados como agallas, tripas, e incluso ojos.
“Esto provee una nueva teoría de cómo se forman los fósiles”, dijo Alex Page. En tiempos remotos esa zona era el lecho marino, la pizarra de Burgess se formó luego de que la vida se volviera más compleja y diversa, durante la explosión cámbrica.
Normalmente tan sólo se fosilizan las partes duras de los animales, como huesos, dientes o caparazones. Las partes blandas son muy raras entre los fósiles. Muchas plantas e invertebrados evolucionaron, vivieron millones de años y se extinguieron sin dejar rastro.
Pero en la pizarra de Burgess se preservaron los tejidos blandos con detalles exquisitos, y la cuestión de cómo sucedió esto viene volviendo locos a los científicos desde el descubrimiento en 1909.
Fuente: ScienceDaly
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